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El periodo de descanso de la semilla antes de la germinación y los tipos de siembra

La semilla es el embrión de la planta una vez ha alcanzado la madurez. Cuando la semilla es puesta en un medio y condiciones adecuadas germina una planta (la plántula), que dará lugar a un nuevo vegetal.Este sistema de reproducción es sexual, pues la semilla es el producto de la unión del polen y el óvulo; la planta resultante será diferente a la planta madre, y sólo los caracteres específicos y varietales obtenidos de sus dos parentales se mantendrán.

Únicamente en la reproducción asexual, es decir, mediante la multiplicación vegetativa a partir de esquejes, injertos, acodos, división de mata, etc., conservan caracteres idénticos a la planta madre.

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Germinación y viabilidad

La germinación es el conjunto de fenómenos que se desarrollan en la semilla cuando pasa del estado de vida latente al de vida activa, es decir, cuando reanuda el crecimiento embrionario después de su periodo de descanso. El fin último de la germinación es producir una planta semejante a aquella de la cual procede la semilla.

Con la germinación, la semilla pasa de un estado de vida latente al de vida activa

La germinación de las semillas tiene lugar cuando se dan determinadas condiciones. En general, es preciso disponer de un suelo con pH, textura y estructura apropiadas, oxígeno, humedad, temperatura e insolación, y otros parámetros como la fertilización y  drenaje adecuados. Si las condiciones de temperatura son extremas (excesivo frío o calor) se pierde capacidad de germinación. En algunos casos es necesario que la semilla esté expuesta a la luz durante un tiempo para que la germinación se produzca. Cuando el embrión comienza a desarrollarse se alimenta de las reservas contenidas en los cotiledones, recibiendo después el alimento a través de las primeras hojas que produzca; este embrión o planta incipiente se denomina plántula mientras dependa para su desarrollo de los nutrientes contenidos en la semilla.

La viabilidad de una semilla, es decir su capacidad de germinar y transformarse en nuevas plantas, no es una característica lineal. La germinación puede ser un proceso inmediato después de que las semillas se hayan dispersado, o pasar previamente por un periodo de descanso más o menos largo que dependerá de las condiciones ambientales.

El poder de germinación de las semillas varía mucho de unas especies a otras; mientras que en algunas dura escasos días después de su diseminación, otras pueden conservarlo latente a lo largo de varios años (en algunos casos hasta miles de años). Así, las semillas del sauce pierden todo su poder de germinación a los pocos días de desprenderse del árbol; y en el caso de una ninfeácea como es el loto blanco de Oriente (Nymphaea lotus), se ha demostrado que puede germinar después de 3.000 años.

Es necesario respetar el periodo de viabilidad de cada especie, ya que sólo así se garantizará la producción de plantas fuertes y sanas. Las semillas que se distribuyen comercialmente suelen estar sujetas a determinadas leyes de calidad y pureza en cada país; los análisis y controles de viabilidad (índices de viabilidad), permiten establecer una garantía porcentual de que determinados lotes de semillas serán viables, y que no diferirán de la variedad deseada.

El periodo de descanso de una semilla es una fase que muchas semillas precisan superar después de desprenderse de la planta parental antes de que se encuentren en condiciones de germinar. En ocasiones se confunde este término con la falta de viabilidad, pues mientras la semilla no supere el periodo de descanso será obviamente inviable. En las orquídeas, por ejemplo, las semillas no germinan mientras no completen su maduración.

En algunas semillas, debido a la dureza de su cáscara, el periodo de descanso cubre lo que tarda en pudrirse o ablandarse ésta y penetrar el oxígeno y el agua en su interior. Los periodos de descanso en estas semillas que poseen embrión bien desarrollado se pueden acortar artificialmente, sea sumergiendo las semillas en agua previo a la siembra para que se ablande o introduciéndola en el congelador durante unas horas.

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Siembra

La siembra es el proceso de esparcir y enterrar las semillas en determinados recipientes (semilleros) o el lugar de cultivo definitivo en el que se pretende obtener nuevas plantas. Previo a la siembra se deben seleccionar las semillas más adecuadas, y preparar la tierra mediante los procedimientos de acondicionamiento y fertilización.

La época de siembra depende de las condiciones meteorológicas del lugar, especialmente las relativas a temperatura y humedad, y las características biológicas de la especie que deseamos producir. Las estaciones típicas de siembra son primavera y otoño, pero deberán seguirse las instrucciones que acompañan a las semillas para determinar los meses más adecuados a las zonas correspondientes. Recuerda que lo más favorables es sembrar semillas autóctonas, ya que, éstas ya están acostumbradas al clima, terreno, plagas y las enfermedades características de las que proceden y tienen mecanismos de defensa y adaptación para éstos que otras plantas de otras zonas no poseen. Además, cultivando semillas autóctonas colaboras con la preservación de la diversidad vegetal de tu zona.

Los procedimientos de siembra más habituales son a voleo, esparciendo las semillas con la mano de forma regular sobre una superficie; a chorrillo, enterrándolas a lo largo de una línea sin solución de continuidad.; y a golpes, situando cada semilla (o grupo de semillas) a la distancia de su marco de plantación, es decir, enterrándolas en cada uno de los vértices creados por líneas entrecruzadas formando cuadrados. La distancia del marco de plantación se dispone con objeto de que la planta, durante su desarrollo, no invada el marco de otra planta adyacente limitándose mutuamente en el crecimiento normal. En determinadas especies se aconseja enterrar hasta 3 o 4 semillas por cada golpe, ejemplo de las leguminosas, asegurándose así la germinación de al menos una plántula; posteriormente se realiza un aclareo para dejar sólo una planta por marco.

En la siembra a golpes se disponen las semillas a la distancia de su marco de plantación

Todas las operaciones de siembra en el lugar en que crecerán definitivamente las plantas se denominan de siembra directa; si la zona de cultivo es de gran extensión se suelen utilizar métodos mecánicos, mediante sembradoras que van soltando la semilla a distancias regulares, para posteriormente ser tapadas por un apero unido a su extremo posterior.

Las semillas que se siembran en semillero suelen disponerse muy juntas sin atender a un estricto marco de plantación, pues nunca alcanzarán su total desarrollo en ese mismo lugar, sino que se trasplantarán posteriormente al terreno de asiento. En los recipientes dispuestos como semilleros la siembra se realiza a mano, enterrando las semillas a una profundidad máxima del doble de su longitud.

Las semillas que se siembran en semillero no precisan mantener un marco de plantación estricto, ya que su normal desarrollo se realizará en otro lugar mediante trasplante

Antes de la germinación se debe cuidar la humedad y temperatura; en ocasiones será útil colocar un cristal sobre el semillero para que el efecto invernadero favorezca el proceso; el encharcado siempre es perjudicial. Aunque depende de la especie, en general ya se puede realizar el trasplante cuando la plántula tenga entre 7 y 10 cm. de tallo.

Natureduca

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